“Cuando el asombro no entra en un solo blog.”
El asombro no es algo que se acabe.
Es más bien algo que se expande, se desliza por las rendijas de nuestra rutina, y cuando menos lo esperas, te atrapa.
Hay momentos que no se pueden decir con una sola palabra.
Necesitan más espacio, más tiempo, más vida.
Fragmento 1
Una tarde gris, sin razones para esperar nada, me encontré con un perro perdido.
No llevaba collar, pero sabía exactamente adónde ir.
Me siguió hasta mi casa, como si todo hubiera estado planeado desde siempre.
No me preguntó nada. Solo me miró y se acostó junto a mi puerta.
Fragmento 2
Había ido al río sin esperanza alguna, solo por salir.
Me senté en la orilla y cerré los ojos.
Cuando los abrí, un pájaro pasó tan cerca de mí que sentí su vuelo como un latido en el aire.
Un segundo de vuelo, y el mundo ya no era igual.
Fragmento 3
Un día, sin más, recibí un libro que no había pedido.
Era viejo, casi deshecho.
Y sin embargo, al abrirlo, sentí que me hablaba a mí, directamente.
En sus páginas amarillentas, vi mi vida reflejada, con todos sus momentos rotos y reconstruidos.
Fragmento 4
Una vecina abrió la ventana y cantó una canción que sonaba a memoria compartida.
No era mi canción, pero se volvió un puente invisible que cruzó hasta mi balcón.
Y por un rato, estuvimos en la misma sintonía sin habernos hablado.
Fragmento 5
En una plaza, un niño soltó un globo al cielo.
Lo miró subir sin palabras, como si le hablara al viento con un secreto que sólo el aire podía guardar.
Fragmento 6
Una tarde, sin saber por qué, saqué del cajón una vieja carta olvidada.
Al leerla, reí y lloré al mismo tiempo, porque había dentro un pedazo de mí que creía perdido.
Fragmento 7
Un extraño, al verme en la calle, me regaló una sonrisa que duró lo que un instante, pero quedó grabada en mi día entero.
Fragmento 8
Una noche, el cielo se cubrió de estrellas fugaces.
Conté más de las que podía, sin pedir deseos, solo agradeciendo estar ahí para verlas pasar.
Fragmento 9
Un día encontré una piedra lisa con un dibujo natural que parecía un corazón.
La guardé en el bolsillo, como un pequeño talismán que me recordara la belleza escondida en lo simple.
Fragmento 10
Una amiga me dijo:
“Cuando todo parece perdido, el asombro es la chispa que prende la esperanza.”
Y desde entonces, lo llevo como un faro en la oscuridad.
El asombro no tiene prisa.
A veces se posa suavemente.
Otras, irrumpe de golpe, llevándonos a lugares donde las palabras sobran.
Y aunque nos cueste entenderlo, es esa luz la que nos mantiene despiertos.
Próxima parada: Baúles del Tiempo

• Baúl 1: Reflexiones y ecos del pasado
Un espacio donde los pensamientos se deslizan suaves, entre memorias fugaces y palabras que buscan su propio eco en el tiempo.
Textos generados por ChatGPT en respuesta a interacciones personalizadas.
Cortesía de OpenAI.
https://openai.com/chatgpt